Cuando la comunicación es estratégica ayuda a vencer la resistencia a los cambios que se observan en todas las organizaciones. Además, evitando imposiciones unilaterales y apostando por la motivación, la comunicación hace posible que los cambios no terminen en fracaso.

La comunicación es una disciplina inherente e inseparable de la Prevención de Riesgos Laborales en una organización, donde la escucha activa y el diálogo con los grupos de interés se convierte en una dimensión fundamental de la prevención.

Investigadores de la Escuela de Chicago pusieron de manifiesto a principios del siglo pasado que “muchos conflictos, y una buena parte de la ineficiencia laboral, nacen de ese aislamiento o telón, que impide que la orden clara e incluso el espíritu de las más razonables propuestas, lleguen a su destino”. Esta afirmación cobra mayor sentido aún si cabe cuando hablamos de seguridad y salud laboral.

La gestión de Prevención de Riesgos Laborales (PRL), para que sea eficaz, exige que:
» La PRL deberá integrarse en el conjunto de actividades y decisiones, tanto en los procesos técnicos, en la organización del trabajo y en las condiciones en que este se preste, como en la línea jerárquica de la empresa, incluidos todos los niveles de la misma.
» La integración de la prevención en todos los niveles jerárquicos de la empresa implica la atribución a todos ellos y la asunción por éstos de la obligación de incluir la prevención de riesgos en cualquier actividad que realicen u ordenen, y en todas las decisiones que adopten.
El establecimiento de una intervención de prevención de riesgos integrada en la empresa supone la implantación de un plan de prevención de riesgos que incluya la estructura organizativa, la definición de funciones, las prácticas, los procedimientos, los procesos y los recursos necesarios para llevar a cabo dicha intervención.

Las empresas que deseen alcanzar criterios de excelencia en materia de seguridad y salud deben estructurarse y funcionar de manera que puedan poner en práctica, de forma efectiva, sus políticas de Prevención de Riesgos Laborales y la creación de una cultura positiva que asegure:
» Una participación y un compromiso a todos los niveles.
» Una comunicación eficaz que motive al equipo directivo y al personal de la empresa en su conjunto a desarrollar las tareas de su puesto de trabajo con seguridad.
» Una información y formación que permita a todos los trabajadores hacer una contribución responsable al esfuerzo necesario en materia de seguridad y salud.
» Un liderazgo visible y activo de la dirección para desarrollar y mantener el apoyo a una cultura de la prevención que sea el denominador común compartido por todos los estamentos de la organización.
La comunicación estratégica establece la puesta en marcha de sistemas eficaces para el intercambio de ideas y la búsqueda de sinergias. La comunicación colaborativa incentiva la búsqueda de diferentes enfoques para un mismo objetivo y fomenta la corresponsabilidad. La comunicación estratégica permite a la alta dirección y a los responsables de prevención expresar con exactitud los objetivos de prevención y de salud laboral de la empresa y las líneas de actuación más adecuadas para llegar a cumplir estos objetivos.

Cuando la comunicación es estratégica ayuda a vencer la resistencia a los cambios que se observan en todas las organizaciones. Además, evitando imposiciones unilaterales y apostando por la motivación, la comunicación hace posible que los cambios no terminen en fracaso.

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