Félix Martínez es cortador profesional de jamón a cuchillo y es propietario del restaurante La Jamonería. Su pasión por el jamón  y su curiosidad innata le llevaron a convertirse en su propio community manager.

¿Cómo comenzó tu andadura en la hostelería?

Yo iba para estudiante. Hice selectividad y tuve que elegir lo quería hacer en la mili. Durante ese periodo en el que tenía que pensar qué hacer, me puse a trabajar con mi padre. Mi padre tenía en aquel momento un restaurante con una estrella Michelín, entonces había muy pocos restaurantes con estrella. Me puse a trabajar ahí, me gustó, me fui a la mili y cuando volví preferí seguir trabajando.

¿Cómo ha evolucionado la hostelería desde que comenzaste?

Cuando yo empecé, en hostelería trabajaba prácticamente solo gente que sabía, en esa clase de hostelería por lo menos. Hoy hay de todo. Este es el cambio más grande.

¿Y que más cambios ha habido?

Después ha habido también otro cambio. Se empezaron a hacer famosos los cocineros y entonces empezó a haber chavales que se querían hacer cocineros no por aprender la profesión sino porque quería ser como el Arguiñano, el Adriá o el que fuera. Otro cambio ha sido la socialización de la hostelería. En aquella época había muchos menos clientes de hostelería, la clase media iba a alguna celebración a la hostelería pero no mucho más. Por eso era también era más especializado. En ese sentido ha ido un poco a peor, desde mi punto de vista, pero se ha socializado más la hostelería. Ahora cualquiera puede ir a cenar a un restaurante, antes era algo puntual de unas fechas determinadas o para gente que tenía mucha pasta. Además antes no se podían comprar todos los productos y sólo se podían comer en los restaurantes. Sin embargo ahora todo el mundo los puede adquirir.

¿Cómo te has adaptado a esta nueva situación?

Por una parte tenemos que luchar, pero por otra, cada vez la gente sabe cocinar menos . En la época de mi madre, las amas de casa sabía cocinar de todo ya no lo sabe mi generación y la siguiente mucho menos. Yo hoy en día lo que más vendo es plato de cuchara. Yo cada vez vendo más comida para llevar. En Navidades tengo familias enteras que se llevan la comida hecha y no se pegan la paliza de cocinar. No es algo que yo me haya puesto hacer sino que me lo han demandado.

¿Cómo decidiste introducirte en el mundo 2.0?

Yo desde el año noventa y tantos tengo una página web. En esa época, no ya gente de mi sector sino empresas tecnológicas, no la tenían. Yo la tenía porque a mí me ha gustado siempre aprender y además, para vender lo que hacía yo era fundamental. Yo trabajaba en otro sitio de empleado e iba por mi cuenta a cortar jamones. Si explicar a un español lo que yo hacía era complicado, a un extranjero ya era… La vía para contarlo era la web.

¿Y en las redes sociales?

Hace unos años me enteré de la existencia de las redes sociales y empecé por curiosidad, curiosidad innata. Entonces era un público muy reducido y eran principalmente empresas de tecnología. Creo que por eso se me ha visto más. Empecé por afición, por conocer el asunto y cuando lo conocí entendí que era útil para mi negocio.

¿Para qué te ha servido estar en la red?

Tengo una visibilidad que yo no podría tener de otra manera. A mí en Zaragoza sí que me podrían conocer pero no podrían conocerme en otras ciudades como Valencia, La Coruña o Londres. Pero esto requiere tiempo. Las herramientas son gratuitas pero si cuentas las horas de trabajo… Tampoco es algo que sirva hacerlo un tiempo sí y otro no, tiene que haber una continuidad.

¿Crees que el jamón se relaciona con la marca España?

Cuando me ha tocado ir a otros países, he visto que es lo que más llama la atención. Así como el vino pensamos que también, fuera no se ve tanto. Fuera han estado tradicionalmente mejor posicionados con el vino los italianos y los franceses. El jamón, sin embargo, es lo que más llama la atención fuera de España. Lo que espera un extranjero al ir a una feria  es ver jamón en el stand de España.

¿Y se está haciendo bien?

Yo lo veo desde el punto de vista de calidad, y no es siempre esto lo que se vende. El problema está en que los que venden marca España piensan que llevando un jamón cualquiera van dar la mejor imagen, y no siempre es así. En vez de hacer favor al asunto casi lo están estropeando. Hay que diferenciar entre carne curada y jamón.

Félix Martínez – http://www.elcortadordejamon.com/@LaJamoneria