Nacho Arantegui se dedica al arte en y con la naturaleza, a través de la fotografía, el video, la escultura y la instalación.
Gonzalo Catalinas en su entrevista nos recomendó hablar con Nacho por su dedicación a la creación en Land Art, un movimiento artístico que toma el marco y los materiales de la naturaleza.
¿Cómo comienza tu pasión por el arte y la naturaleza?
Surge en mi infancia, a partir de una relación muy profunda con los hábitats naturales que rodeaban al barrio rural donde vivía. En estos espacios no dejaba de explorar, correr aventuras y jugar a dar forma a mi fantasía (con los años nunca he dejado de prescindir de esas emociones). Al estudiar Bellas Artes me trasladé con una beca a Barcelona, fui buscando una asignatura, Arte y Naturaleza, las clases eran extraordinarias. Creando me sumerjo en los espacios donde cobijarme, me aportan serenidad, tranquilidad y armonía; y es donde puedo desarrollar toda mi creatividad, a partir de ese diálogo con la naturaleza. Aquí es donde surgen todas las piezas y eventos que vengo creando.
¿Cómo artista no te hace duelo que se destruyan? O ¿la naturaleza vuelve a la naturaleza?
Son piezas efímeras. Sigo el mismo ritmo que se produce en naturaleza, los ecosistemas sufren una metamorfosis constante a partir de la estacionalidad, otras veces es el ser humano el que las provoca, como las choperas en las que nos encontramos, que cortan cada 12 años. También a través del medio, las piezas siguen el mismo ritmo que el propio río, que se transforma constantemente. Son piezas efímeras que sufren una modificación o degradación a través de la interacción del tiempo, a través del ecosistema, de la estacionalidad y de la acción de los elementos. Contemplar las obras en ese proceso natural, en su habitad, es lo que les hace ser piezas vivas. Al contemplarlas surge la simbiosis, la experiencia viva.
¿Hay que pedir permisos?
Según la creación en la que te sumerjas sí. A veces la burocracia es interminable. En ocasiones he dependido demasiado de las instituciones. Pero he tenido la suerte de que algunos ayuntamientos como el de Sobradiel, me han apoyado y a mi modo de ver, han tenido la visión de que recuperando los espacios naturales y dándoles la importancia que merecen se beneficia a la comunidad y en definitiva a todos los seres. Por ejemplo, hice una actividad en una chopera que estaban plantando, las choperas se plantan de forma reticular. Vinimos con los niños y niñas del colegio de Sobradiel y rompimos la retícula plantando un círculo de chopos, en medio un populus alba pyramidalis y enterraron cápsulas del tiempo, para que cuando dentro de 12 años corten la chopera, rescaten todos esos deseos y peticiones y de alguna manera sientan que algo de ellos está aquí, en el paisaje de la ribera del Ebro.
Pero no siempre es fácil, he presentado proyectos a otros ayuntamientos y se hace pesado porque no lo entienden. Lo primero que te dicen es que no hay dinero o que esto no aporta nada. No les hables de arte efímero o medioambiental, se limitan a pensar que una pieza en el río no supone un beneficio económico para los municipios.
¿Qué materiales sueles utilizar?
Los materiales de la naturaleza propios del entorno, es un poco la filosofía del arte medioambiental. Caminar, dialogar con el paisaje, respetar, buscar la armonía con lo que te rodea. Para que te hagas una idea ahora estoy trabajando con lana de las ovejas que pastan en este lugar, algodón de la hembra del chopo, troncos de los árboles que arrastra el río, piedras, tierra, ramas secas de hinojo silvestre, estramonio, hongo yesquero… intento no introducir elementos ajenos al ecosistema en el que creo.
¿Cómo es tu forma de trabajo?
Como te comentaba la creación suele surgir a través del caminar por el paisaje, observar, dialogar profundamente con lo que te rodea. Siento que la naturaleza tiene alma, al sumergirte en sus entrañas en soledad ocurren muchas cosas, a partir de eso es cuando fluyen los secretos y tras ellos la obra.
¿Qué proyectos tienes actualmente?
Estoy llevando a cabo proyectos educativos en las zonas de la ribera del Ebro. Considero que son muy útiles y necesarios, a través de varias actividades me he encontrado que hay una desafección considerable en los pueblos de ribera con sus ecosistemas naturales, que tienen a escasos kilómetros, ni te cuento como será en la ciudad. Algunos niños y niñas no han ido nunca al río, intento crear espacios y experiencias para que éstos se entusiasmen y sean los que lleven a sus padres a disfrutar de los espacios naturales. Si no cuidamos el micro, cómo vamos a cuidar el macro, si sigue así nuestra relación con la naturaleza estamos abocados a la autodestrucción. Hay una tendencia generalizada, un desapego de las personas hacia su propio entorno natural. Por eso, estas piezas buscan recuperar el diálogo a través de experiencias que puedan sumergir en una atmósfera de fantasía, estimulen, diviertan, que potencien el juego y que fomenten la capacidad para maravillarse.
Ahora he creado junto a un equipo de profesionales una asociación, Trarutan, a través de ella estamos poniendo en marcha un evento de arte, naturaleza y aventura. Es un itinerario nocturno que se realiza los fines de semana, donde los participantes se encuentran con instalaciones o esculturas que dialogan con el espacio y además encuentran acciones, performances, música para la calma. Representa un lenguaje muy profundo tanto con la naturaleza interior como con la exterior. Esperamos que sea una experiencia activa, transformadora y toda una aventura que despierte el espíritu a otras emociones.
En la década de los 60, los creadores de un movimiento artístico llamado Land Art renunciaron y prescindieron de la concentración del arte en espacios cerrados como museos, galerías o instituciones. Así surgió la escultura en el campo expandido como movimiento de arte contemporáneo. El arte que desarrollo surge de una interacción con el paisaje, que esté concentrado o recluido, me limita. La experiencia viva la tenemos en la naturaleza.
Nacho Arantegui – www.nachoarantegui.com – http://www.nachoarantegui.blogspot.com.es/