El trabajo en equipo es la base del éxito de un cómic. Esto puede parecer muy evidente, pero no lo es. Para poder leer un tebeo tal y como lo conocemos, un equipo de personas debe organizarse muy bien para que la historia se entienda tal y como se pretende. Con estas pautas podríamos referirnos a cualquier trabajo pero, teniendo en cuenta que el cómic es un medio de comunicación que tiene como objetivo transmitir información, su realización requiere una comunicación interna efectiva.

El proceso de realización del cómic es una cadena en la que cada eslabón debe comunicarse con el siguiente para que el lector pueda entender la historia. El primer eslabón de la cadena es el guionista, que será quien elabore el argumento del tebeo. El cómic es un relato que se compone de imágenes y textos. Tal y como nos contaba Juan Royo en su entrevista, «el texto es fundamental porque complementa a la imagen aportando información necesaria para entender la historia». Una vez que el guionista ha elaborado el guión se lo pasa al dibujante, que se encargará de realizar el boceto. El paso siguiente consiste en pasar a lápiz el abocetado. El entintado suele realizarlo otra persona aunque, en ocasiones, lo realiza el mismo que ha hecho el lápiz. Por lo general, los cómics son a color y por tanto se necesita a otra persona que realice esta labor. El paso final es la impresión y la futura comercialización, que como ya nos contó Juan Royo, es muy complicada en España porque no existe un mercado nacional. Como hemos visto, cada una de las personas que elabora un cómic aporta su arte en el proceso de creación, siempre sin olvidar que trabaja en equipo y que el objetivo principal es contar una historia y que sea comprendida. La clave: la comunicación.

Y para entenderlo mejor, nada mejor que un cómic:

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Fuente: AleS en www.lascosasdeales.blogspot.com y www.lascosillasdeanayalex.blogspot.com