Lori Needleman ha dedicado su vida a su gran pasión: la fotografía, la cual define como «un don».
¿Cómo empezó tu pasión por la fotografía?
Tenía quince años cuando mi padre me regaló mi primera Minolta. Como todo quinceañero que se precie estaba llena de curiosidad por el mundo que me rodeaba, y poder capturarlo y detenerlo con la cámara empezó a convertirse en algo más que una pasión. Empecé haciendo retratos de mis amigos, paisajes… pero no fue hasta unos años después con ocasión de un viaje a Brasil cuando llegó mi fascinación por la fotografía de viajes y cultural. Fue la imagen de un niño corriendo montaña arriba que no dejaba de mirarme, hacia atrás, mientras le hacía fotos. Esa instantánea ha quedado grabada a fuego en mi memoria, y creo que es la que marcó mi amor definitivo por la fotografía.
¿Qué tiene que tener una buena fotografía para comunicar?
Se me antoja cada vez más complicado responder a esta cuestión, pues estamos tan híper saturados de imágenes en los tiempos que vivimos que creo hemos acabado perdiendo la capacidad de asombro. Ya ni siquiera está claro si una fotografía debe cumplir unos determinados cánones establecidos pues en esa trivialización exagerada de la imagen saltarse las reglas puede marcar la diferencia.
En cualquier caso y en mi opinión –clasicista si quieres- para que una fotografía comunique, llegue a tocarte, tiene que pasar por una explosión multi-sensorial, tiene que removerte algo por dentro, dejarte hipnotizado o querer salir corriendo por el impacto –que no por el rechazo-.
¿Qué cualidades debe tener un buen fotógrafo?
Ya no basta con que la cámara sea una extensión más de tu cuerpo y domines la técnica con la misma inercia con la que respiras. Ni tampoco es suficiente para nada con que domines la edición posterior de la imagen en el cuarto oscuro del Photoshop –tan necesaria como trabajosa-, ni aun siquiera valdría tampoco con la genialidad de tus creaciones. Hasta aquí tendríamos un fotógrafo excepcional, pero hoy en día si ese fotógrafo quisiera destacar entre otros tantos miles con todas esas mismas cualidades, debería saber navegar en el cada vez más y más competitivo negocio de la imagen en el que las galerías virtuales multiplican por miles ya a las galerías con paredes, clavos y marcos….
En cualquier caso, para mí, sigue quedando un pequeño resquicio de virtud que sigue marcando la diferencia entre el ser y el no ser, es un don, que se tiene o no se tiene, y que no es otro que el “bressoniano” de saber captar el instante preciso..
Lori y Diego – www.lorineedleman.com – www.diegohe.com– www.diegoandlori.com