Ángel Morollón es profesor en la Escuela de Arte y dedica su tiempo libre a hacer espectaculares figuras de origami.

Clara Marta en su entrevista nos recomendó hablar con Ángel por ser capaz de convertir el papel en obras de arte.

¿Cuándo comienza tu interés por el origami?

De pequeño ya trabajaba con el papel. Mi padre tenía un libro y hacía algunas cositas, pero eso ya pasó página. Luego muchos años después estuve como profesor en Utrillas, donde muchos jóvenes no estaban motivados por los estudios. Yo veía que algunos chavales hacían cosas con papel y entonces pensé que por esa vía podía acercarme a algunos especialmente problemáticos y podía llevarlos a mi terreno. Organicé en los recreos talleres de papiroflexia en la biblioteca y para hacerlos me empecé a documentar y empecé a engancharme, y al final fue algo que me transformó más a mí que a los propios alumnos. Aunque también influyó mucho a los alumnos. Veías que chicos que no se interesaban por nada, estaban muy centrados en la papiroflexia. Son muchas cosas las que puedes conseguir con sólo una hojita de papel: aprender un método, aprender a ser cuidadosos…

¿Y a partir de entonces fue un no parar?

Seguí  investigando y  me interesó la figura de un autor japonés llamado Akira Yoshizawa, que fue realmente el que cambió la percepción del origami y con el que dejó de ser una actividad infantil y pasó a ser una actividad filosófica. Cambió diseños, los interpretó de otra manera y obtenía unas figuras distintas con papel de más gramaje que humedecía para poder doblar. El resultado de esas figuras era mucho más orgánico, lograba captar la esencia, transmitir la vida del modelo que reflejaba. Ese es el tipo de origami que me gusta hacer a mí.

Al final son pequeñas esculturas, ¿no?

Sí. Yo el papel lo trato como material escultórico. Cuido mucho el material, no siempre escojo el mismo papel, lo selecciono para que transmita el peso, la textura, que tenga una corporeidad distinta… Tengo la visión de una obra. Muchas veces en el origami nos creemos que son diseños que salen de la nada pero no es así, no se valora que detrás hay un proceso creativo arduo. Si queremos hablar de origami como arte, también tenemos que valorar la figura del autor. Si no se llega a esto siempre seguirá siendo artesanía o un proceso repetitivo

artinCom Angel Morollón origami hipopótamo

¿Son difíciles de transportar?

No tanto, el papel es más resistente de lo que creemos. Ahora estoy jugando con paquetes de packaging haciendo formas de embalaje que además forman parte del conjunto. Sirven para transportar las esculturas y después son parte de la escultura.

¿Qué tiene de especial el origami?

Yo creo que es muy especial porque es muy absorbente, se te pueden pasar las horas encerrado en esa superficie reducida, es autosuficiente. Es un universo que se modifica sobre sí mismo. Es un ejercicio de concentración mental, es la concentración en estado puro. Es una forma de canalizar movimientos naturales de una forma consciente. También te puede aportar un conocimiento de los materiales, casi hay una conciencia ecológica. Consiste en tratar un material humilde y desechable con el mayor de los respetos y a la vez ver que todo lo que haces en cada una de las esquinas tiene consecuencia en el resto, podrías encerrar toda una filosofía relacionada con el ecologismo dentro de ese universo cerrado. Depende de cómo actúes en un lado, repercute a otra parte y lo que hayas perdido, lo has perdido. Además es muy satisfactorio, no sólo para ti, ya que puedes compartirlo.

artinCom Angel Morollón origami bisonte

¿Y por qué se cree que el origami es algo infantil?

Siempre se ha asociado a algo infantil. En ciertos círculos sí que hay conocimiento de que esta técnica se usa en el diseño, que la Bauhaus la utilizaba, que cualquier soporte es bueno para crear. Hay un parte lúdica en el proceso hasta en el aspecto más profesional. Lo asociamos con la infancia porque todos somos creativos durante la niñez, pintamos, juagamos con un trozo de papel y se nos educa para no hacer eso que se considera una pérdida de tiempo. La mayor parte de las cosas que hacemos no son creativas, se nos enseña a hacer una pauta, a seguirla y cualquier cosa que nos evada la mente es castigada. Es un proceso natural: somos creativos hasta que se nos educa para dejar de serlo. Este problema es del origami, de la pintura…

¿Cómo es el proceso de creación?

En mi caso yo trabajo con la memoria, con lo que he captado del modelo, pero si veo que no me sale, me documento. A veces estás más sembrado y llegas casi directo, y otras veces te cuesta más, pero tengo que tener muy claro lo que quiero hacer porque no estoy jugando con el papel y de repente me sale un bisonte, no. Trabajo  más por ensayo y error. Ahora hay hasta programas de ordenador que te ayudan a dividir el papel y por lo menos obtener una base previa pero yo trabajo a la antigua usanza, dee una forma muy intuitiva y jugando con el papel. Luego es la experiencia la que te va dando más facilidad a la hora de alcanzar tu objetivo.

¿Cuánto tiempo te lleva hacer una figura?

Mis figuras, una vez que te pones y las conoces, son realmente sencillas de hacer. No le salen a todo el mundo porque requieren esa parte de modelado y de sensibilidad, que hay que tener. También requieren un conocimiento del material y las formas. A mí de media me puede costar hacerlas una media hora. Sí que hay ahora figuras muy complejas que llevan días, pero yo no hago ese tipo de figuras.

¿Te pones plazos para ir creando?

No, las hago conforme sale. Cuando ves algo que te motiva para crear, haces una figura. A veces, sí que hay algún proyecto que te encargan. Hace años me encargaron un Belén para una joyería de Zaragoza y luego ese Belén ha estado en el despacho del Rey, el Grupo zaragozano lo envío, y salía cuando hubo el cambio de Gobierno y recibía a los ministros; estaba también en el discurso del año pasado de la presidenta Rudi, en el desapcho del alcalde…  También algunas figuras las vendo en La Cartonería. Pero suelo que crear cuando me apetece, es un hobby.

¿Es sólo un hobby?

A veces he llegado a pensar si me podría dedicar a ello, pero creo que si lo convierto en algo profesional dejaría de tener gracia para mí. Creo que funciona porque lo hago por puro vicio. Es esa cosa que da la chispilla a lo otro. Siempre lo que te motiva es la siguiente figura. Tampoco sería el peor trabajo de la historia pero tampoco creo que sería lo que quisiese. Creo que lo veo así, al menos de momento.

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