Diego Peña es humorista y se dedica fundamentalmente a los monólogos.
Jorge Asín en su entrevista nos recomendó hablar con Diego por su arte como monologuista.
¿Cómo conociste a Jorge?
Nos conocemos desde hace tiempo, somos de la misma cuerda, de hecho yo empecé en el grupo que Jorge fundo de «Monólogos por la Beneficencia» haciendo monólogos. Compartimos el sentido del humor y la trayectoria profesional.
¿Cuáles son tus proyectos actuales?
Hago «Teloneros Band» que es un espectáculo de música y humor, con el Club Desastre que hacemos improvisaciones, y luego en solitario más monólogos o espectáculos teatrales, pero siempre relacionados con el humor.
¿Cómo decidiste dedicarte a esto del humor?
Siempre me cuentan que mi abuelo y mi bisabuelo eran actores aficionados, así que la vena me ha podido venir por ahí. La verdad es que desde bien pequeño siempre me ha gustado el teatro, me ha encantado el humor. También viene del cine, ya que mi padre nos ponía siempre películas de los hermanos Marx, de Chaplin.
Yo quería ser el mudo de los hermanos Marx. Me encantaba esa sensación de que un señor sin decir ni una sóla palabra fuese capaz de hacerme reir, generar esa misma sensación. Desde crio siempre he estado apuntado a grupos de teatro. En mi caso es más vocación que otra cosa, porque desde bien pequeño lo he tenido claro. Cuando era pequeño y me preguntaban que quería ser de mayor siempre decía payaso. Y si no hubiese sido de forma profesional, hubiese sido como aficionado.
¿Cómo empezaste tu carrera profesional?
Yo empecé en grupos de teatro amateur de adolescente, con Jorge empecé ya lo que sería la carrera profesional. Me decidí a hacer monólogos cuando empecé en la universidad y estuve un año yo sólo dejando mis cintas de VHS. Aunque parece muy lejano, yo empecé en el 2002, y todavía tenía que ir por los bares con mis cintas. Yo confiaba que los tipos de los bares tuvieran VHS en su casa y por la noche cuando volvieran pudiesen ver el monólogo. Ahora sería mucho más fácil con una tablet, un móvil o un pen, lo llevas ahí todo y se lo descarga y que lo vea cuando quiera.
¿Te ha tocado llamar a muchas puertas?
En aquel momento ya existía Monólogos por la Beneficencia, al ir buscando me entero que existía un grupo en Zaragoza que se dedican a hacer monólogos y que actúan en Juan Sebastian Bar Una de las puertas que llamé fue esta. Esta ha sido la mejor escuela que he podido tener, la universidad del monólogo. Aquí pasé de actuar una vez al mes o cada dos meses, a una vez o varias a la semana y es que estar subido al escenario es lo que más te enseña. A partir de aquí es cuando empiezo a dedicarme profesionalmente. Aunque llevaba como un año y medio antes intentando empezar, llamando a bares que me gustaban, a sitios que me apetecía actuar a ver si me dejaban.
¿Para esto se requiere una preparación académica?
A mí me gustaba desde siempre, y con los grupos de teatro me planteé, pero a ver si estas tontadas que hago delante de mis amigos o delante de mi familia, que a estos sí que les hace gracia pero porque me quieren, a ver si les hace gracia a gente que no conozco de nada. Era un poco la incógnita y así empezó todo.
Yo particularmente más allá de cursos de teatro o de actuación, no me había formado porque no había formación específica para monólogos. Ahora que ya está más establecido sí que hay cursos específicos. Hace doce años no había nada. Ahora, para el que quiera empezar ahora, teniendo la oportunidad es recomendable. Pero la mejor preparación es actuar delante del público y que el público decide si se ríe o no.
Cómo funciona un monólogo ¿con guion o improvisación?
Yo me lo escribo todo. En la comedia tengo la teoría de que funciona mejor si te lo escribes tú. Es mucho mejor porque en el escenario estás contando tu verdad, tu historia. Tienes más el control de lo que quieres contar, y como lo quieres contar. Cuando se te ha ocurrido una broma, como se te ha ocurrido y que es lo que te ha hecho gracia de esa broma. Si te dan un texto escrito al final tienes que ir adivinando o intuyendo todas estas cosas. Yo soy partidario cien por cien de que el cómico se escriba su texto.
En cuanto a la improvisación, siempre hay un poquito de improvisación, pero la mayoría de las veces, pese a lo que la gente piensa estamos más cerrados al guion. Hay un noventa por cien de guion y un diez por ciento de improvisación. Siempre tienes que estar atento a todo lo que está pasando alrededor. El noventa por cien del guion es lo que nosotros tenemos controlado y sabes dónde vienen los golpes. El guion es lo que te ayuda a que en un momento dado si pasa cualquier cosa o te quedas en blanco y te vas a la improvisación, sepas donde tienes que volver. Si no, si te pones a improvisar, a improvisar, …. y como encima haga gracia, te vas por las ramas y es imposible de volver, ya no acabas nunca. Por eso hay que llevar una base de guion, para los monólogos.
Hay otros formatos que sí que utilizamos más la improvisación o directamente el Club Desastre que es todo improvisado, salimos al escenario sin idea de lo que va a pasar. Estamos cuatro humoristas y un presentador y hacemos el show entero basado en lo que nos dice la gente, con diferentes sketches. Y ahí sí que no tenemos ni guion, ni red, ni nada que se le parezca.
La improvisación para mí es el gimnasio. Es lo que te mantiene alerta, para luego en los momentos de improvisación o que estés solo, sepas reaccionar ante todo lo que pasa alrededor. Con la improvisación hay normas, y cada juego tiene sus reglas. La improvisación es de las cosas más divertidas para nosotros, y para el público también. Aunque hay gente que no se acaba de creer que es improvisado.
¿Qué te aporta tu carrera?
Es indispensable disfrutar, porque si no disfrutas es imposible hacer disfrutar a la gente, ya sea en monólogo, en improvisación o en lo que sea. Tienes que pasarlo bien, porque el público lo nota. Tienes que divertirte. Por suerte yo me divierto mucho. Te tiene que gustar porque también hay muchos momentos duros. Estar en el escenario y que la gente se ría es muy bonito, pero hay momentos en los que la gente no se ríe. Hay momentos en los que estas escribiendo sólo y pensando si esto le hará gracia a la gente o no, si haré el ridículo. Y hay muchos momentos de soledad, de incertidumbre y de saber que va a pasar. Es una profesión que te tiene que gustar mucho. Si tienes la suerte de que te gusta y puedes romper la barrera de salir al escenario y del público, es muy divertido, y se disfruta mucho.
Con el monólogo tienes libertad total, estás tú solo en el escenario con el micro, la gente no sabe si te ciñes al guion o no. Si estás disfrutando hay veces que se te va la cabeza, tienes libertad total para hacer lo que te de la gana.
¿Qué es lo que te hace reir?
Yo soy muy fan del humor. Me encanta esta profesión y me encanta el humor. Me paso las horas muertas viendo actuaciones de gente. A mi novia la tengo un poco loca.
Me hace reír muchísima gente, los humoristas, los Chanantes me hacen muchísima gracia, Dani Rovira, Dani Mateo, Leo Harlem, Faemino y Cansado, Tricicle. Me hace mucha risa Chiquito o Eugenio, humoristas de los de toda la vida, desde Gila, Monty Python o los hermanos Marx a Ignatius o Miguel Noguera que puedan ser ahora los cómicos más transgresores. Disfruto mucho con los compañeros y soy de risa fácil. Me rio mucho con casi todo y de todo. Es fundamental saber reírse de uno mismo.
¿Se puede vivir de esto?
Si. Hay que trabajárselo y es complicado. Es una profesión que nace de las vivencias personales, pero al final son otras personas las que deciden, es el público el que decide si es gracioso o no, es el productor de turno el que decide si estás aquí o no. Es complicado y te tiene que gustar mucho.
Hay momentos que son los que la gente no ve, yo ahora estoy teniendo la suerte de viajar a toda España y hacer las actuaciones a nivel nacional a raíz de que me ficha Paramount Comedy y estoy viajando por toda España. Y hay momentos de los que viajo a Alicante, solo en el tren, llegar a Alicante, solo en el hotel, llegar al bar y que no te conozca ni el camarero y tener que decirle que soy el del cartel para que no te cobre la entrada. Hay momentos que la gente no ve y que son duros, pero si te lo trabajas y te lo tomas como una profesión, sí que se puede llegar a vivir de ello.
¿Nuevos proyectos?
Nos vamos a juntar con Bernal y Rafa Blanca y vamos a hacer algo juntos, un dibujante, un actor y un cómico.
Hemos grabado un disco con «Teloneros Band»
Voy a hacer un espectáculo teatral con Teatro indigesto
Voy a grabar el cuarto monólogo para Paramount Comedy
Y voy a grabar un par de sketches para el programa Sopa de Gansos
Tengo muchas cosas, a veces pienso que demasiadas, pero es que si te quedas quieto la bici se cae.
Diego Peña – www.diegopeña.com