Miguel Ángel Ortiz Albero se dedica a escribir pero también al teatro y al arte plástico.
Víctor Rebullida en su entrevista nos recomendó hablar con Miguel Ángel por su arte como poeta, músico, pintor y libretista de su ópera.
¿Cuándo empieza tu pasión por la escritura?
A escribir yo creo que empecé de adolescente que es cuando empieza todo el mundo. De adolescentes todos tenemos algo de poetas. Estuve mucho tiempo escribiendo a mi aire, porque era para mí y no tenía trascendencia. Luego el primer libro lo publiqué en el 2000, fuera de aquí, en Madrid y a partir de ahí me animé y me presenté a un par de concursos literarios que gané. Empecé a conocer a gente del ámbito literario porque yo no conocía a nadie porque no tenía ningún vínculo. A raíz de los premios conocí a más gente, más editoriales que te van proponiendo cosas, así se fue enlazando una serie de cosas.
¿Cómo se produce el salto de escribir para ti a publicar?
La primera vez salté un poco a lo loco. Me lo propusieron de Madrid en una galería editorial, porque habían leído unos textos míos en una revista madrileña con la que yo colaboraba. El salto es un poco natural, yo creo que cuando escribes, escribes para que te lean.
En tu faceta de escritor ¿todos tus escritos son de poesía?
De inicio sí, todos mis primeros libros son de poesía. Hasta que un editor se empeñó en que le escribiera una novela aunque yo le dije que no sabía escribir novelas. Pero escribí una y salió, eso me animó a escribir una segunda que también salió. Y ahora estoy con una tercera.
También tengo a la vista un ensayo que mezcla todas mis facetas. Y por mi vinculación con el teatro he escrito mucho teatro. Fui actor muchos años, me retiré, volví, me volví a retirar. Y llevo mucho colaborando con la misma gente que me propusieron que como escribía poesía, porque no una obra de teatro. A raíz de ahí se encadenaron una serie de encargos, porque escribir teatro si no es por encargo, no se produce. Así llevo un tiempo colaborando con la compañía del Teatro de las Esquinas.
También estuve una temporada escribiendo en el servicio de publicaciones del Heraldo de Aragón. He escrito también cosas para catálogos de arte, por formación ya que yo estudié Historia del Arte.
¿Cómo comienza la faceta de artista plástico?
No sabría decir muy bien. Yo hago collage. No pinto bien, pero no pinto mal, así que me gustaba mezclar lo que habían pintado otros. Empecé a jugar a ser artista y empecé a hacer collage. Trabajé con un grupo de Zaragoza y empecé con las exposiciones. Ahora hago collage planos, de papel, de objetos incluso de instalaciones.
¿Cómo combinas todas estas facetas?
Todo parte de lo mismo, son distintos lenguajes, pero en el fondo si tienes un discurso detrás y una cierta coherencia, no es más que contar las mismas cosas por distintos caminos.
Hago teatro y los teatreros me dicen que soy muy poético. Hago poesía y los poetas me dicen que soy muy plástico. Hago exposiciones y los plásticos me dicen que soy muy escenográfico. Hago una escenografía y los escenográficos me dicen es que eres muy…. Al final tienes la sensación de que no encajas.
Son varios lenguajes y tienes la suerte de poder contar tu mensaje por varios sitios.
¿Y qué aporta cada uno?
A mí me aportan lo mismo, porque de hecho no puedo prescindir de ninguna de ellas. Creo que son complementarias. Es más, cuando decides que te vas a centrar en una te dispersas más todavía. A mi me aportan todo. A los demás como espectadores, lectores,…. tendemos a seguir un camino sólo. La poesía es muy inaccesible y si lo que cuento en un poema, luego lo pinto en un cuadro tiene otro tipo de receptor. Así tienes la posibilidad de llegar a más. Pero, ¿qué les aporta? yo soy de los que creen que cuando hago una cosa ya no es mía, es de quienes lo reciben. Así que el que va a interpretar lo que recibe es el espectador, el lector,…. Y esto cierra el proceso de comunicación con alguien. Es una vía de comunicación, así que necesita un receptor, si no es mandar al vacío un mensaje que se pierde. El proceso de comunicación está ahí, haya un receptor que cierre el mensaje con lo que le llega y lo completa con el sentido que le quiera dar.
¿Tienes algún sitio particular para crear?
Tengo mi rinconcito en casa. Pero me cuesta más pensar las cosas que hacerlas. Los procesos previos es lo que más tiempo me lleva y es lo que más me gusta, soy muy concienzudo. Mi cabeza trabaja 24 horas, allá donde esté llevo un cuaderno para tomar notas. Me gusta mucho tomar notas en cafeterías y por la calle, me gusta lo de pasea y observa. Los procesos previos son muy largos, y todo esto lo hago por ahí porque me inspira todo. Me gusta fijarme en las cosas y en la gente o escuchar conversaciones. Cuando creas te sirve todo.
¿Tienes algún sitio particular para crear?
Nunca he tenido que ir con el dosier debajo del brazo. El último libro, quizás, porque no salió en el primer intento. El 95 o 98 de lo que he escrito ha salido. He tenido mucha suerte y todo va saliendo.
¿Se puede vivir de esto?
No. He tenido muchos trabajos, profesor, en Heraldo, ahora colaboro como corrector editorial. Picoteando. Siempre he vivido de este tipo de cosas porque están vinculadas con lo que hago. Pero vivir de la poesía es imposible, de la novela es muy difícil, en las exposiciones si tienes suerte de vender un cuadro. Ha habido temporadas que he alternado todo tipo de actividades.
Es una opción de vida, yo voluntariamente he decidido sobrevivir haciendo las cosas que me gustan.
Miguel Ángel Ortiz Albero – http://ortizalbero.blogspot.com.es/