Tos los días utilizamos la palabra madre para hablar con esa persona que nos ha dado la vida y nos pregunta “¿has comido bien?”; “¿necesitas algo?”; y nos manda “haz la cama”; “pórtate bien”… Pero no sólo la utilizamos para referirnos a nuestras madres, sino que también utilizamos expresiones que contienen esta palabra y no hacen referencia a nada relacionado con la maternidad.

Un ejemplo muy claro es la expresión “¡Madre mía!”. Al decirla todo el mundo entenderá que acabamos de enterarnos de algo que no sabíamos. Si lo que nos cuenta es exageradamente sorprendente quizá digamos: “¡Madre mía del amor hermoso!” o “¡Madre de Dios!”. Esta última expresión es más propia de nuestras madres y abuelas, a quienes les encanta decirlo. “¡Madre mía del amor hermoso! No sabía que Paco tenía una amante”.

Pero si queremos expresar que algo nos ha salido fenomenal, sólo tenemos que decir “de puta madre”. Es una expresión que se utiliza mucho en el lenguaje coloquial y que, a pesar de ser malsonante, tiene un significado positivo. Cuando alguien dice que algo le ha salido de puta madre, es que le ha salido muy bien y además, está tremendamente orgulloso de ello. “El examen me ha salido de puta madre”. También sirve para confirmar que se está de acuerdo con algo. “¿Vamos al cine?” “De puta madre”.

Existe una expresión que suena mejor y que tiene el mismo significado. Esta expresión es “le va de madre”. Esta locución se utiliza más en países de América del Sur, pero en España también se utiliza para decir que a alguien le van muy bien las cosas. “A Juan le va de madre, acaba de conseguir el trabajo que siempre había soñado”.

Y no podemos acabar sin mencionar una expresión que hace referencia a lo que podrás hacer en un futuro y ahora no: “cuando seas madre, comerás huevos”. Esta expresión la hemos oído todos, nadie la entiende, pero en cuanto es mencionada ya entiendes que lo que pides no se va a cumplir jamás.